lunes, 14 de enero de 2008

[Brazil: Only A State Of Mind...Who Can You Trust?]



La película Brazil, dirigida por Terry Gilliam, posee una trama en la que predomina la intriga, ataviada por un toque de jocosidad un tanto irónica y satírica. Recargada de imágenes y tonos grisáceos que predominan en las escenas, alusivas al mensaje que desea transmitir el autor. El paisaje-escenografía posee una imponencia bastante marcada, de la que podemos decir que el contexto arquitectónico juega un papel principal en esta obra cinematográfica, ya que incide a gran escala en la sensación o percepción que el director buscaba crear en el espectador. En cuanto la trama se desenvuelve en una secuencia lineal, que logra mantener el interés del espectador, en ocasiones muy intensa, en otras un poco extensa, que interpola entre lo real y lo irreal. La sátira y lo jocoso entran en escena a ratos, utilizando como objeto de burla el sistema burocrático que me imagino tomaba auge en la década en que fue concebida la película, así como se presentaban los casos de terrorismo en contra del mismo sistema; por esto, podemos deducir claramente que Gilliam hace una critica social hacia el contexto en el que vivía en ese entonces, rodeado de burócratas dominados por el sistema y terroristas asesinos bombarderos. En el mismo orden, se vivía un tiempo en el que la belleza física tomaba preponderancia, por lo cual las cirugías plásticas también son objeto de gracia en el filme.

En cuanto al personaje principal, Sam Lowry, este se ve envuelto en una serie de situaciones y de ilusiones que creo que solo a un personaje ficticio le ocurrirían, desde los sueños con la mujer que ama pero que no conoce, hasta los eventos graciosos con los plomeros, el terrorista ingeniero, la mujer taxista, que al final se convierte en esa damisela que el amaba sin saber, y cuya vida trata de salvar, arriesgando incluso la propia. Muchas veces se ve envuelto en situaciones difíciles y en cierto modo, se envuelve en el nudo de la historia de manera involuntaria. Lo interesante de esta misteriosa y enmarañada trama es tener que seguirle el paso sin desprender ni un segundo la atención, aunque debo confesar que no es el tipo de filmes que estoy acostumbrada a seguir, así mismo considero que el reto es un tanto más que interesante.

Ahora, observando el lado arquitectónico y un poco mas técnico, considero a Gilliam por esta obra, primera y única que he visto de este director, un total visionario de su época y de todos los tiempos. Fue capaz de gestar toda una ciudad futurista, no sólo en su imaginación, sino también en sus espacios escenográficos, los cuales considero impresionantes y concebidos de manera genial, tomando en cuenta que en la década de los 80, si bien existía la tecnología, Gilliam fue capaz de ver un poco más allá de su contexto, y apreciar como todo un visionario los destellos del futuro y arquitectura digital que estaba por llegar en poco más de una década.